jueves, 6 de mayo de 2010

El bar de Mary

"Cuando estoy deprimido, siempre me voy al bar de Mary. Esa cabezota tiene los mejores
pececitos de la ciudad. A veces creo que no estaría aqui si no fuera por ellos.
La amarga cerveza parece dulce y cálida cuando baja por la garganta dentro de uno de esos
pequeñines. Las tapas de Mary son las más simpáticas y divertidas que yo haya conocido.
Mary las cria en agua dulce, y más de alguna se le queda pocha y se le muere, pero las que
deprimentemente sobreviven tienen una gracia especial cuando se emborrachan, y los chistes
que cuentan son capaces de alegrar al más triste de los mortales. Casi me da
hasta pena comerlas, pero uno no puede ir por ahí salvando tapas de la barra de un bar."

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